martes, 12 de octubre de 2010

Catedral de la Inmaculada

Obra cumbre renacentista
El monumento es símbolo del empeño de sus habitantes por hacer una gran Catedral


Más de dos siglos y medio se tardó en levantar el templo mayor de Málaga. Y aún así ha quedado inconcluso. Las obras de la nueva Catedral se iniciaron en marzo de 1528. Y, por orden real, quedaron suspendidas de manera definitiva en 1782. Quedaba con terminar la torre sur, que así se mantiene, dando carácter y siendo una de las señas de identidad de la Catedral de la Encarnación. Estos dos siglos y medio de construcción dan lugar a un compendio de estilos arquitectónicos y, sobre todo, ponen de manifiesto el empeño de los malagueños por levantar un gran templo.
La Catedral es el primer monumento de Málaga por número de visitas, más de 308.000 personas durante el año pasado, aunque el número real es aún mayor, ya que muchas personas utilizan las horas de culto para visitarla sin tener que pagar el correspondiente tique.
Los Reyes Católicos, tras la conquista de la ciudad en 1487, ordenaron que se bendijera la Mezquita mayor de la ciudad para dar gracias a Dios por la victoria sobre los musulmanes. En ella se erigió la primitiva Catedral en febrero de 1488. Pronto se ve que este templo no responde a las necesidades de la diócesis y, en 1528, comienza la construcción de la nueva Catedral sobre los mismos terrenos. Los arquitectos Diego de Siloé, Andrés Vandelvira y José Bada y los maestros de obras Diego Vergara (padre e hijo) son los responsables de su construcción.
La Catedral es un edificio con planta de tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares de pedestal. El interior es de estilo renacentista. Destacan el altar mayor y la magnífica sillería del coro, obra del granadino Pedro de Mena, así como dos grandes órganos, que cuentan con más de 4.000 tubos sonantes.
En los laterales del edificio se sitúan las distintas capillas, con obras de gran valor artístico. En la de la Virgen de los Reyes se encuentra una escultura gótica de finales del s. XV donada por los Reyes Católicos tras la conquista. A ambos lados del retablo, dos figuras de los Reyes Católicos, talladas por Pedro de Mena. Cuadros de Alonso Cano, Niño de Guevara, Enrique Simonet o Miguel Manrique decoran el monumento, junto a valiosos retablos y vidrieras.
La fachada es de estilo barroco y está dividida en dos pisos. En el piso de abajo hay tres arcos y dentro de estos, puertas separadas por columnas de mármol. Sobre las puertas hay unos medallones. Los de las puertas laterales representan a los patronos de Málaga, san Ciriaco y santa Paula, mientras el central representa la Anunciación del Señor. La verja de hierro fue diseñada por Antonio Ramos y fundida por Luis Gómez (1783).

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